Nuestra primera mujer destacada en Ciencia es Ada Lovelace, matemática, informática y escritora británica del siglo XIX.
Ada Lovelace fue la primera ‘programadora de ordenadores’ de la Historia ¿Os suena extraño?
Pese a que su nacimiento la situaba en el papel tradicional de esposa y madre reservado para las mujeres de la clase acomodada y aristocrática del S.XIX en Inglaterra, pese a ser hija del muy famoso poeta inglés Lord Byron y que ello podría haber difuminado aún más su vida, su voluntad y su curiosidad innata la llevaron a conseguir una merecida fama de matemática excelente ya en vida.
Su madre, también noble y acomodada, rompió su matrimonio y educó a su única hija Ada lo más lejos del carácter sensible y poético de su padre. No se le ocurrió mejor cosa que iniciarla en las matemáticas, materia de la que ella misma era activa entusiasta.
Ada Byron recibió educación de los mejores científicos y científicas de entonces, como Augustus De Morgan o su tutora, la matemática Mary Somerville, y pudo visitar las decenas de Exposiciones Científicas que la incipiente Revolución Industrial estaba promocionando entre el público de todo el país.
Gracias a su tutora conoció a Charles Baggage, profesor de Cambridge que estaba empeñado en construir lo que llamó la máquina analítica para acelerar el cálculo numérico, basada en el uso de las tarjetas perforadas que Joseph Marie Jacquard había desarrollado en las fábricas textiles a principios del siglo. Lo dicho, el Reino Unido estaba en efervescencia investigadora y creativa.
Ada forjó una relación personal fuerte y fructífera con Baggage y, pese a que durante ese tiempo contrajo matrimonio con el conde de Lovelace y fue madre en varias ocasiones, su marido no frenó, como entonces ocurría, su dedicación a la investigación matemática.
Tradujo del italiano un pequeño artículo que, sobre la máquina analítica de Baggage, había escrito Luigi Federico Menabrea. Ada Lovelace le añadió lo que llamó Notas, que fueron eso, unas notas que acabaron siendo tres veces más largas que el texto original. Fue su propio estudio sobre el funcionamiento de la máquina analítica y la capacidad que esta tendría en un futuro, para ordenar y conseguir cualquier cosa para lo que los hombres la quisieran utilizar.
Ada estaba más interesada en las aplicaciones de esta máquina analítica que su propio inventor, quien solo veía su utilidad para el cálculo numérico.
Las Notas de Ada se publicaron en la revista Scientific Memoirs en 1843, con el título de Sketch of the analytical engine invented by Charles Babbage. Firmó el artículo con las iniciales A.A.L. porque su condición de mujer no la ayudaba de ninguna manera y así evitar la censura, como así ocurrió. Cuando se conoció a la autora ni la tomaron en serio y eso que ni Baggage consiguió construir nunca su máquina de cálculo.
Lo que sí consiguió Ada Lovelace fue, en la Nota G de su texto, escribir el primer algoritmo, el primer código para el funcionamiento de esa máquina y darse cuenta de que esta no podía generar conocimiento por sí misma, que no es poco. También desarrolló los conceptos de bucle y de la subrutina informática; un algoritmo que permitía calcular los valores de los números de Bernoulli, además de detallar el uso de las tarjetas perforadas.
Ada Lovelace en fin, es considerada la primera programadora de ordenadores de la Historia y consciente de sus posibilidades comentaba:
Creo poseer la más singular combinación de cualidades que me hacen una preeminente descubridora de las realidades ocultas de la naturaleza
Desafortunadamente, esta científica que se sorprendía de sí misma sobre sus capacidades para la investigación, murió en 1.842 de cáncer, a los treinta y seis años, sin poder desarrollar profundamente su potencial científico.
Pese a los más de 200 años pasados desde su nacimiento, han puesto el nombre de ADA a un lenguaje de programación del Departamento de Estado de USA y se entrega anualmente la medalla Lovelace en la Asociación Británica de Computación: el Día de Ada Lovelace, que sirve para impulsar el conocimiento científico entre las mujeres, para su visibilización y para colaborar en romper la brecha de género existente en la educación en Nuevas Tecnologías entre mujeres y hombres. Asimismo, hay que destacar que varias universidades alrededor del planeta llevan su nombre, entre ellas las españolas: Autónoma de Madrid, la Universidad de Málaga y la Universidad de Zaragoza.
Su frase: ‘Este cerebro mío es más que meramente mortal como el tiempo lo demostrará’ se hizo realidad porque la evolución del mundo mediante la informática es ya un hecho y Ada Lovelace fue una de sus profetisas y, sin duda, los periodos más felices de su vida fueron los dedicados a la investigación científica o, según sus palabras, a la ciencia poética.